DIOSES Y DEIDADES

Amaterasu:

Amaterasu es la diosa japonesa del sol (Diosa Sol) en la religión del sintoísmo, una de las más importantes, de carácter buena y sensata, es también una gran tejedora. Según las creencias japonesas es la madre del imperio del país. 

 Hermana de Susano Wo dios del viento con el cual tuvo muchas diferencias, en una de sus peleas la diosa ofendida se encerró en una cueva privando así al mundo de la luz del sol, miles de Kamis (dioses del sintoísmo) se reunieron en la entrada de la cueva rogando por que volviera a salir, no fue hasta que la bella diosa Amano Uzume comenzó a bailar, las alabanzas al baile y la belleza de esta hicieron que  Amaterasu no pudiera soportar la curiosidad y salió de la cueva. Los Kamis habían preparado un espejo delante donde ella quedo deslumbrada por su propia imagen, Amaterasu acabo consintiendo quedarse fuera de la cueva siempre que su hermano fuera desterrado a la tierra. 

Se la representa con el divino espejo o la famosa espada Kusanagi.

Susano Wo:

Susano Wo, dios del viento y las tormentas. Violento, fuerte y amante de las bromas, en sus correrías destrozaba cosechas, casas, canales etc. Enfadando con esto continuamente a su hermana. En una de sus trastadas soltó un mulo mientras Amaterasu tejía con sus asistentes, matando a una de ellas, esto la hizo enfurecer fuertemente y se encerró en la cueva, cuando por fin salió como castigo lo desterraron a la tierra. 

En su descenso luchó con el dragón Yamata no Oroki (serpiente de ocho cabezas) al cual emborracho con sake y así puedo vencerle. Al descuartizar al dragón encontró en su cola la sagrada espada de las nubes celestiales subió al cielo con ella y se la entregó a su hermana a modo de perdón el cual ella aceptó. 

Fujin y Raijin:

Son de los dioses del panteón sintoísta más antiguos quienes participaron junto con Amaterasu en la creación de los fenómenos climáticos, disipando la niebla que cubría la tierra hicieron posible que el sol brille por primera vez.

Fujin con su manto sagrado controla los vientos mientras que Raijin al ritmo de los tambores crea el trueno y el rayo.

Por momentos se le pide a fujin que deje de soplar los poderosos vientos y se le agradece a Raijin por las abundantes cosechas que traen sus lluvias.